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02/02/2019


300 PERSONAS ENTRE PADRES, ALUMNOS Y PROFESORES DE “CIUDAD DE LOS MUCHACHOS” DISFRUTAN “33”
Lo hemos visto y oído
300 personas entre padres, alumnos y profesores de “Ciudad de los Muchachos” han disfrutado de “33”, con un alto grado de satisfacción por parte de todos.
Despues de ver y disfrutar de 33, lo curioso, (como visión, acercamiento y expresión de la figura, persona y personalidad de Jesús), es que te deja una impronta tal, que cuando lees el evangelio, reconoces a ese Jesús de la vida cotidiana, a ese Jesús de las risas de los niños y los abrazos y las sopas de ajo que le preparaba su madre en contraposición a los que "manejan los hilos" de la sociedad y el estatus social y los roles sociales, a instancias del poder y del dinero. Y te dices, sí, es Él. Es el Jesús del evangelio.
La técnica del impresionismo
Ese Jesús del 33 es fácilmente recognoscible, porque utiliza la técnica del impresionismo:
El colorido de las pinceladas -pegotes de pintura en la cercanía- dibuja perfectamente la forma y el fondo de la escena, cuando tomas distancia, ya metido en los afanes de tu vida cotidiana.
Sí, me da igual coger a Marcos, que Mateo, que Lucas o Juan. Es el Jesús del 33. Ese es el paso, o mejor, la impronta que te deja, como un referente visual, grabado en tu alma con la fuerza de las emociones y resonancias que despierta dentro de ti.
“33”, una plataforma magnífica de transmisión de valores
No me cabe duda de que es una buena base, cimiento, referente para leer, contemplar, profundizar... no "La Palabra de Dios", sino al que es "La Palabra" que nos llama sin cesar y se acerca a nosotros con sonrisas de niños y abrazos de ternura que comportan y dan fuerza y apoyo para el camino de la vida y en el compromiso serio en la construcción del “Reinado de Dios”.
Hoy, nuestra sociedad, afeada tantas veces y sucia por la corrupción de la mente y el corazón, y la gente que vivimos en ella, necesitamos artistas que transmitan mensajes de belleza y de bondad (cualidades, ambas, de la verdad), que iluminen y den sentido y esperanza a los que no la tienen, porque la han perdido o están a punto de perderla. El arte y en especial un musical como 33, ("aplicado a la ópera: es la obra de arte más completa de todas, porque reúne en sí todas las demás artes"), es una plataforma magnífica de transmisión de estos valores.
33 no ha ahorrado en absoluto en medios. No ha ahorrado en "competencia y profesionalidad" de todo el equipo que lleva adelante la obra. No ha ahorrado en absoluto en el trabajo bien hecho, como se dice, en la gestión y desarrollo de todo el montaje.
El montaje de 33
La música, la orquestación, la danza y la interpretación, el sonido y sus técnicos, la arquitectura del escenario, la movilidad y transformación funcional de los escenarios... dejan una sensación de satisfacción plena. La magnífica recreación de Jerusalén y sus gentes en la vida cotidiana con sus problemas y su vida social, la presentación de los poderes fácticos y sus herramientas y manejos, la representación del templo como lugar de la presencia de Dios que debió ser, pero que ha dejado paso a la utilización de la religión en favor de los pingües intereses egoístas de unos cuantos; el diablo, como padre de la mentira y del mal que hay en el mundo, criatura libre de oponerse al Dios que crea por amor, caído del lado contrario a todo lo que tenga atisbo del Amor de Dios...; la presentación del mensaje de Jesús en el decurso de la obra y que tiene uno de los "picos" de emoción en las "bienaventuranzas" o en “la oración del huerto”; los crueles "recortes" de las ilusiones de los apóstoles a medida que el drama de Jesús se echa encima, sumidos en el más absoluto desconcierto; la transformación positiva de la vida de ciertas personas que, en contacto con la persona de Jesús y su mensaje, logran crear una corriente de fe, de amor y fidelidad hasta el final; en fin, las coreografías, la expresividad elocuente de los bailes y danzas, la fuerza interpretativa de los actores y actrices... 
Una magia que fascina, enamora y deja un poso de esperanza
Todo ello y lo que queda "en el tintero", crean una magia que fascina, enamora y deja un poso de esperanza. Un poso de esperanza que no defrauda, cuando te has encontrado al Jesús resucitado y dejas que transforme tu vida, como en el caso de la Magdalena…
Autocrítica sana y sanadora de la Iglesia
Naturalmente la iglesia, comunidad de los que siguen a Jesús, nacida de aquellos discípulos y apóstoles que primero le siguieron; pero que luego le abandonaron, está bien representada en el musical. Pero, como institución, al mismo tiempo divina y humana, hace una buena autocrítica. Esta autocrítica está en la línea de lo que pide el Papa Francisco a la Iglesia en en sus pastores y guías. Por encima de todo dogmatismo y ortodoxia, está la Misericordia, expresado muy bien por el papa Francisco durante todo el “Año de la Misericordia”. La Iglesia, dice el Papa Francisco, no es un “trasatlántico”, sino una barca. La barca de Pedro. Y los sacerdotes y obispos, deben ser “pastores”, no “príncipes” de la Iglesia. Deben ser “pastores que huelan a oveja”.
“Toño” Casado
No podíamos acabar este reportaje sin hacer una breve referencia al autor, José Antonio Casado. Su vena de artista dibujante, poeta y músico queda bien reflejada en todo el montaje de la obra. Pero lo mejor de todo, su espíritu lleno de amor y ternura que logra transmitir el mensaje de Jesús, hasta lo hondo de las entrañas.
Una "pasada", como se dice…
Jaime Alonso